lunes, 7 de octubre de 2013

TEMA 3. " MODOS DE VER"

JOHN BERGER.


MODOS DE VER

 Lo visible es el conjunto de imágenes que el ojo crea al mirar. La realidad se hace visible al ser percibida y la forma en la que la has percibido es la que queda en la conciencia. Lo visible es un invento, ya que los humanos han realizado grandes inventos multiplicando los instrumentos de visión y ensanchando sus límites.
La cámara de televisión fue un gran invento que nos permitió ver imágenes antes nunca vistas. De hecho, gracias a la fotografía, al cine, a la televisión, al vídeo y a los ordenadores podemos visualizar desde elementos microscópicos hasta imágenes de hace muchos años.
John Berger en su programa de televisión Modos de ver, utilizó  la pantalla de televisión para mostrar como el poder de las cámaras puede desarticular la unidad de significado que cada obra representa. En la pintura puede alterar su tamaño, modificar su color, aislar figuras de las escenas que las incluyen…
Modos de ver se convirtió en libro, y sigue desencadenando hoy una indagación continua sobre el encuentro, casual o deseado, de alguien con una obra de arte.
En la serie televisiva, John Berger paseó la cámara por las salas de la National Gallery de Londres sin acompañarla de ningún sonido ni ningún texto. Ese silencio llena de luz el acto mismo de la contemplación. Se trata de un silencio necesario para que las pinturas hablen y el espectador pueda oírlas, y, al hacerlo, se oiga a si mismo.
Ese presente constituido por el amasijo de lo visto y de lo vivido en el proceso de civilización que acarreamos en nuestro modo de ver, de saber, y de vivir.
 La terminología de art brut fue caracterizada por Jean Dubuffet que se refirió a “producciones de todas clases, dibujos, pinturas, bordados, figuras modeladas, o esculpidas, etc… que presentan un carácter espontáneo y fuertemente inventivo, deudores en el menor grado posible del arte habitual o de los tópicos culturales y cuyos autores son personas, oscuras, ajena a los medios artísticos profesionales”
Los autores son personas acaudaladas y cultivadas, de buena posición social que animan, diseñan y dirigen cosas extraordinarias en lugares poco transitados.
Los escultectos margivagantes carecen de maestros y de discípulos. No existe para ellos ninguna escuela, ni se agrupan por su posicionamiento ideológico o su doctrina estética.
Cada uno de estos marginales es, o pretende ser un unícum. Lo que se acerca mucho a la visión que Jean Dubuffet nos legó de los artistas bruts, considerándolos como seres no contaminados por el sistema del arte.
Los escultores margivagantes no aspiran a conquistar el suyo mediante un trabajo interminable que suele durar toda la vida. No buscar la recompensa material ni el reconocimiento social. El juego nos permite conectarlos con el mundo de la infancia. No carecen del sentido del humor.
Aunque se han caracterizado a los escultectos margivagantes con muchos de los rasgos atribuidos al art brut, no se pueden considerar a ambos fenómenos como absolutamente coincidentes: no todos los artistas pertenecerían al ámbito creativo que reivindicamos Dubuffet o Thévoz, y tampoco son bruts todos los escultectos.
Arte bruto; poco educado, sin modales, grosero.
Arte brutal: salvaje, crudo y violento.
La escultectura margivagante evita cuidadosamente las amables praderas del “quiero y no puedo”.
El arte marginal es el producido por aquellos que están fuera de los circuitos oficiales de educación, difusión y valoración de arte. Especialmente enfermos mentales e individuos marginales pero con sensibilidad y producción artística
El arte consciente busca el yo inconsciente.

El valor esencial del arte marginal reside en la idea de arte puro y no contaminado por los convencionalismos sociales y estéticos, fuera de la asfixiante influencia de la cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario